domingo, 31 de diciembre de 2017

JUANA: LA PASIÓN DEL VERSO (Suite I)

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UN 20 PLANTAS EN MANGLAR, Y ASPIRINAS BAYER CON JOHNNY WALKER.

- ¿Qué volá asere? Llegas tarde.
- Son las ocho y cinco, Juana.
- Quedamos a las ocho ecobio, ¿cuál es tu cuento?
- Es que tengo una rodilla fastidiada…
- ¿No viniste en taxi? ¿O ibas corto de baro?
- Vine en taxi, pero no me dijiste que el ascensor estaba roto…
- ¿Y cuál es el lío? No me formes nada.
- Subí a oscuras por la escalera Juana, y me caí en el primer descanso, que le falta una losa…
- ¿Me estás despretigiando el gao, ya de entrada?
- No chica, pero como me preguntaste…
- Estaba preocupándome por ti, yénica.
- Gracias.
- Tengo aspirinas de las americanas; Brallel. Se pueden tomar con alcohol.
- Estoy bien, no te preocupes.
- ¡No estoy nada preocupada consorte; no te conozco!
- Ya… eso también es verdad…uff. No estoy muy acostumbrado a subir tantas escaleras.
- Ustedes los pájaros que se fueron, con el tiempo se vuelven más pájaros que los que se quedaron.
- Qué bonita reflexión Juana.
- Soy muy observadora, me fijo mucho.
- Tu edificio es un poco complicado sin ascensor…
- Mi edificio está en talla ¿qué te pasa con mi gao, monina?
- Es que el barrio está muy cambiado…
- ¿Y ahora qué te pasa con el barrio? ¡¿Eh pero en qué tú estás asere?!
- ¡No, yo no estoy en nada Juana! Yo también nací aquí cerca, en Oquendo y San Lázaro. Y aquí me crié…
- No habrás venido a contarme tu vida, supongo.
- No no. Vine a que me cuentes tú la tuya.
- Entonces no te me hagas el yuma y bájate del pony, ecobio. Dale pasa.

EL APARTAMENTO

- Hace tiempo que me apetecía conversar contigo.
- ¿Y por qué hablas con la zeta, asere?
- Llevo casi 26 años viviendo en España, Juana. A veces se me escapa una.
- Entonces no te haces el yuma, te haces el gallego. Más triste todavía.
- Vivo en Cataluña, Juana, Galicia es otra comunidad autónoma, más al este.
- Y te haces el sabihondo. ¡No eres fácil!
- ¡No chica no, soy muy normal!
- Normal normal no te veo.
- ¡Qué bonito apartamento Juana!
- ¿Viste que suin?
- Es un sueño.
- Lo permuté por el que me dieron cuando me cogió candela el cuartico de Neptuno.

FUEGO

- Qué tragedia tan grande aquella, chica…
- Después me dieron uno en la calle Perseverancia, en un segundo piso.
- El chiquitico... ese lo conocí.
- Se me llenaba de pájaros hasta el techo.
- Sí, me acuerdo muy bien.
- No cabía ni yo, pero imagínate, me había quedado sin nada; para mí ya era mucho tener un techo otra vez.
- Qué bueno Juana.
- Entré allí con la ropa que llevaba puesta y un pan con croqueta de El Lazo de Oro en la mano. Ni un mueble ni un nada. La Santana me regaló mi primera cama. Todavía la tengo desarmada en el closet, porque era de ella, no la vendo.
- ¿Lo perdiste todo en el incendio? ¿Cómo fue, Juana?
- Fue un cortocircuito. Se me quemó toda la coba de trabajar. Tú sabes que sin mis cobas y mis pelucas a mí me falta el aire.
- Ya.
- Dormí una semana en un banco de la terminal de trenes.
- Ay Juana, no me digas eso…
- Y entonces una amiga, que estaba con un pincho del ministerio, me vio, y habló con Jar.
- ¿Con Fela Jar?
- ¡No asere, con Armando Jar, el Ministro!
- Perdona.
- ¡Pareces nuevo!
- Sigue.
- Le dijo que a mí había que darme algo mejor; vaya que yo era Juana Bacallao, no cualquiera.
- Sí señor.
- Y entonces Jar me dio este apartamento, que me encanta.
- Mucho mejor.
- Es estar en el cielo sin morirme, monina. Mira qué vistas: Tienes todo Centro Habana y San Leopoldo por allá, y todo el Vedado y el Cerro por acá.
- Maravilloso.
- Mira qué bien se ve el derrumbe del Moscú…
- Se ve muy bien.
- Aquí encuentro la paz, ecobio... Aquel fuego que me tocó a mí, siendo una mujer tan buena y tan trabajadora... Baldeaba que para qué. Luego fue que me vino el arte y me vino todo, cuando Celestica fue a mi casa y me dijo, “Juana, al turismo le encanta el bembé”… y mira, empezamos a cantar para el turismo. Pero todo se derrumbó con el incendio.
- Celeste te quería mucho.
- Gran persona, a pesar de ser del campo...
- Pero Juana, todos sufrimos mucho por ti cuando pasaste por eso. Yo era chiquito y todavía me acuerdo.
- Sí sí sí, todos sufrieron mucho, pero fui yo la que dormí en un banco.
- La vida a veces nos trata mal, Juana. Nos lastima…
- A mí me despingó.
- Supongo…
- Pero mira, después me ha devuelto lo que me quitó con creches.
- Con creces Juanita, con creces.
- Tengo mucha suerte. Sin tener estudios.
- Yo fui hasta tu casa en bicicleta a ver el incendio.
- Para ti fue un circo, ¿no?
- No Juani, es que en el barrio se corrió la voz de que tu cuarto había cogido candela, y yo fui a ver…
- Ya eras chismoso desde fiñe…
- (...)
- Los Compadres cantaban “El Cuarto de Juana” en vez de El Cuarto de Tula. Se hizo jarana de mi desgracia. Llegué a tener mis palabras con Hierrezuelo.
- ¿Qué palabras?
- Les dije que eran dos negros hijos de puta. Yo soy muy clara, consorte.
- Ay Juana…
- El día que se me quemó el cuarto, mi vida dio un cambio total.
- Yo me acuerdo como si fuera ahora. Tu cuartico era interior y no se veía la candela, pero salía un humo muy negro de la escalera.
- ¡Ay, aquel humo, qué recuerdo más horrible!
- La gente decía que era por las cosas inflamables que tenías, que alimentaron el fuego, el canutillo, las plumas, la licra, la lentejuela… todo eso era muy combustible. Y claro, las botellas de alcohol…
- La gente fue muy cruel. Venir a hablarme de mis cobas en aquel momento, abusadores...
- A ti te llevaron con un ataque de nervios al bar Serrano, que estaba en la esquina.
- Ahí yo desayunaba, con Felicita la dueña. Del campo también... Dormí allí en un colchón que ella me puso la primera noche.
- Ibas sin peluca, con los moñitos deshechos, toda manchada de hollín y solo con una toalla alrededor del cuerpo.
- ¡Porque a mí el fuego me cogió bañándome asere! ¡Salí encuera!
- Dabas salticos sin parar, y gritabas “¡ay qué osobbo, ay qué osobbo!” Eras como una massai en trance. Fue desolador.
- Fuiste a burlarte de mí.
- No Juana, fui a solidarizarme contigo…
- ¿Y por qué te partes de la risa mientras me lo cuentas?
- Lo siento Juana. Intentaba desdramatizar…
- Pues no desdramatices tanto…
- (…)
- (…)
- Al día siguiente me quise matar, no sé si lo sabes.
- ¡No!
- Iba a cortarme las venas, pero dije “Juana, no, no te mates”.
- ¿Y qué pasó?
- ¿No me ves aquí?
- Sí sí.
- Eres un poco lento.
- Fuiste muy fuerte.
- Y lo soy.
- Pero se dijo que la culpa del incendio fue tuya.
- ¿Qué? ¿Por la ropa combustible?
- No, porque le dejaste encendida una vela a tus guerreros, y te fuiste borracha para el Capri.
- ¿Quién decía eso?
- Era un rumor general, no sabría decirte su origen.
- Cuánta maldad… ¡si fue un cortocircuito!
- ¿Ah sí? Nunca lo supe Juana. ¿Dónde me siento?
- Donde quieras asere, ya me jodiste la tarde...
- ¿Aquí?
- ¡No! ¡En las butacas no! Las acabo de traer de Italia y no se les puede quitar el nylon. Las tengo de adorno.
- Mejor en el sofá, a tu lado.
- ¿Quieres tomar algo?
- Bueno…
- Dímelo ahora, porque cuando me siente no me levanto más.
- ¡Sí Juana por favor! La escalera me ha dejado sin aliento.
- Óyeme consorte...
- ¿Sí?
- Oye bien lo que te voy a decir…
- Qué.
- Si vas a seguir protestando por la singada escalera, te vas.

LA MECÁNICA DEL AGUA

- Todo está bien Juana. Dame solo un buchito de agua.
- Conmigo no tienes que embarajar…
- ¿Por qué crees que te embarajo?
- Te estás haciendo el fino y el catalán con la copita de agua y la mariconá...
- No chica, es que no quería molestar.
- Y tienes una cara de curda que no puedes con ella.
- ¿Sí?
- ¿A quién quieres engañar?
- A nadie Juana…
- El agua es para bañarse, para las asistencias de brujería y para baldear. Punto. Para todo lo demás, el alcohol.
- Qué idea tan original del agua, Juana. Eres la poetisa del bizarrismo antillano.
- Me gusta eso. Apúntamelo anda.
- ¿Te gusta?
- Es que estoy escribiendo un libro de poemas...
- (...)
- Y como título me gusta: “Juana Bacallao: La Bizarrista del Poetismo Antillano”. Tiene como un suin de afuera.
- Gracias Juana. Te lo regalo.
- El qué.
- El título del libro
- ¿Qué libro?
- Ay me muero...
- Bueno, ¿bebes o no?
- ¡Sí dale, me apetece una copa!
- Solo tengo vasos de aluminio.
- Empiezan a… a estar de moda otra vez.
- Los pájaros me rompen los de cristal. Una se cansa.
- No importa Juana. Me encanta el aluminio.
- ¿Entonces te traigo “alcolite”?
- Si eres tan amable.
- ¿Qué te pongo?
- ¿Una cerveza?
- Eso es trago de nichardo pobre, yénica, no me bajes el nivel.
- Pues no sé… lo que tú quieras.
- ¿La bebida del enemigo?
- ¡Perfecto!

SINCERA, PERO BIPOLAR

- Güisqui solo, ecobio; te debo el hielo.
- Bueno…
- Se me olvidó llenar las gavetas. Ayer se fue la luz y se derritió el que tenía.
- Qué incordio chica, no se puede vivir así.
- La cortaron anoche, dos veces, y volvió a las once. Trabajo mucho, no puedo estar en todo.
- No pasa nada Juana, estoy acostumbrado a las cosas de aquí.
- ¿Qué “cosas de aquí”?
- Esas que acabas de decir…
- Yo no acabo de decir nada.
- Chica los trabajos que pasas para…
- ¡Yo no paso trabajo para nada consorte, cuál es tu invento!
- Ay Dios mío…
- ¿Qué te pasa hoy asere?
- Digo que cada vez que vengo aquí, todos estos problemas me parecen normales.
- ¿Problemas? ¡Oye, no!
- ¿No, qué?
- ¡Que veo por donde vienes otra vez, y no!
- ¿Qué?
- ¡Tú lo que quieres que yo diga, que en este país se sigue yendo la luz, y siguen cortando el agua, igualito que hace 50 años!
- ¡No, Juana!
- Y como comprenderás, eso no lo puedo decir.
- Uff…
- Nunca hablo de política.
- Te lo agradezco muchísimo.
- Voy a la cocina a buscarte el trago.
- Gracias Juana.
- No toques nada, que todo es de afuera, y se puede romper.
- Tranquila…
- Ni tampoco te lleves nada.
- No chica…
- Es que hay pájaros que roban…
- ¡Yo no sería capaz, Juana!
- Y yo tengo memoria fotográfica; enseguida me doy cuenta si falta un adorno.
- Descuida.

YONIGUARQUE, LA BEBIDA DEL ENEMIGO

- Tu Yoniguarque sin hielo, ecobio.
- Gracias Juana.
- Un poco caliente, pero entra. Hoy no hay ni 30 grados.
- Fresquito fresquito…
- Acuérdate, la de los santos primero. En aquel rincón, donde se ha pelado la pintura y saltó el granito del suelo.
- Qué fuerte Juana, son como las huellas de la rutina.
- ¿Qué rutina? ¿Me estás diciendo rutinera?
- No no, que me viene a la mente Vittorio de Sicca.
- No tengo mucha guara de italianos; no me ha hecho falta jinetear. ¿Cuál es tu duda?
- No chica, hablo del cine neorrealista italiano. En "Dos Mujeres", cuando aparece el plano de la cocina donde Sofía enciende el fuego, las huellas de los fósforos que frota cada día contra la pared…
- ¿De qué estás hablando, pájaro? ¿Dos mujeres que perdieron unos planos?
- No no.. que Sofía en la película...
- ¿Sofía? No será la bailarina del Copa que le pegó candela al marido... Porque si es esa, es mi ahijada de santo. No te permito que te pases con ella.
- No Juana, que tu rincón del ron para los santos es como la pared manchada de hollín de Sofía Loren, tiene las huellas de tu rutina.
- Para eso no tienes que leer las señales en el suelo de mi casa. Ya te lo digo yo.
- Déjalo déjalo..
- El Yoniguarque te sube más rápido que a mí, consorte.
- (...)
- Si lo que quieres decir es que yo le pegué candela a mi cuarto, ya puedes salir por donde entraste…
- ¡No chica, yo no te estoy acusando de nada!
- Ok, pero háblame bajito. No te alteres.

EFECTOS SECUNDARIOS

- ¿Tú no tomas, Juana?
- Antes sí, tomaba JB, pero dejé de comprarlo porque me puso compulsiva.
- ¿Sí? No me digas eso Juanita…
- Era una botella detrás de otra.
- ¿Y eso?
- Hay que resistirse mucho a un trago que ya trae tus iniciales en la etiqueta, broder...
- No había caído en eso…
- Te crees que todas las botellas del mundo son tuyas.
- Madre mía, Juana.
- Y entonces lo cambié por Yoniguarque.
- Mejor…
- Me sale más caro que el otro. Yo lo compro en 70 para las grandes ocasiones.
- Sí, es muy caro para ser un wisky que no es tan…
- ¿Qué no es tan qué, ecobio?
- Digo, que es un wisky así así.
- ¿Qué quieres decir con “así así”?
- (...)
- ¿Otra vez con las críticas? ¡A que te vas!
- ¡No, si el Johnny me gusta! ¿Qué te pasó con el alcohol por fin?
- Que lo dejé. Me sienta mal; me enciende por dentro.
- ¿Sí chica?
- Antes, cuando estaban Elena y Moraima, bebíamos hasta morir, pero estábamos divinas.
- ¡Qué tiempos!
- La Burke decía, “Y ahora vamos a brindar por fulano, que se murió”, y otra vez todas con el vaso hasta arriba, y a cuncún. ¡Unas curdas en el Capri! No parábamos.
- Qué anécdota tan alcohólica… ¿no?
- De esas tengo un chorro, pero no voy a contarte más.
- ¿Por qué, Juana?
- Es una época que odio recordar.

PRIMER DECLIVE

- Fue tu momento más oscuro, tocaste fondo por los 70s…
- Me enfermé de los nervios, me puse agresiva…
- Ay Juana no me digas…
- Me había pasado todo, incendio, soledad, alcohol…
- ¿Drogas?
- ¡Oye yo nunca me he drogado consorte!
- Juana no…
- ¡Yo siempre fui clásica, como la Burke y como La Mora, solo de alcohol!
- Juana yo no …
- ¡Si tú quieres drogarte pregunta en Punto Cero, que los hijos del que se fue le meten al perico!
- (…)
- (…)
- ¡Ahora no puedes negarme que lo dijiste!
- ¿Que dije qué?
- Que los hijos de Fidel Castro consumen cocaína. Lo has dicho claramente.
- ¿Yo? ¡Eres lo peor, pájaro!
- ¡Juana tú...!
- De mis labios eso no ha salido.
- ¡Pero Juana si acabas de decir que en Punto Cero…!
- Estabas hablando tú.
- No puedo más.
- ¡Tú estás para el daño o ya tienes al alemán instalao!
- Juana tú dijiste…
- Hazte un chequeo asere. Te veo mal.
- Ok. No quiero ponerme nervioso…
- Yo estoy divina, ¿cuál es el nervio?
- Me hablabas de tu época de las borracheras aquellas… ¿Qué te pasaba con tus músicos?

BAQUETAZOS QUE DA LA VIDA

- Que se me fueron las cosas de las manos. Me dio por meterles.
- ¿Cómo? Pero, ¿qué les hacías?
- Les metía, les metía con las baquetas del pailero.
- ¿Pero por qué?
- El JB me subía muy mal.
- Pero habría algún motivo…
- ¡Porque solo quieren “fasten” asere! ¡Viajar, viajar, viajar y traer pacotilla; viven pensando en eso!
- Coño eso es muy feo…
- ¡Son enfermos al avión y a las tiendas! No son artistas como yo, de verdad.
- ¡Qué poca profesionalidad!
- Quieren que los saques, pero no se aprenden las partituras, ni escribiéndoselas con un cuchillo en las palmas de las manos.
- Qué malagradecidos, chica.
- Siempre llegan tarde a los ensayos, no se preparan los temas… cosas de niche sin educación. Me tienen muy cansada.
- Los músicos siempre han sido conflictivos.
- Los negros. Con los blancos eso no pasa.
- ¿No?
- Tienen el oído más cuadrao, pero son puntuales.
- No sabía…
- Los nichardos son muy informales y unos confianzúos asere...
- ¿Sí?
- Te dejan embarcada por cualquier cosa…
- Ya.
- Y yo que con dos tragos me pongo agresiva, enseguida me vuelvo loca metiendo baquetazos.
- Entonces mejor que no bebas.
- No no, ya nadamás que bebo Sebenop y refrescos lais. Estoy muy tranquila. Además ya fui a Mayami. Ya puedo decir que lo hice todo.
- Es verdad.
- Pero en aquella época perdí el trabajo asere. Nadie me llamaba ya…
- Llegaron a decir que estabas acabada.
- Sí... ¡Y yo sé quién fue la que lo regó! Pero si te lo digo, tendría que matarte.
- No no, no me hace falta saberlo Juana…
- Tú la conocías…
- Mejor cambiamos de tema, ahora que me dices lo del “oído cuadrado”.
- ¿Qué pasa?
- De ti siempre se ha dicho lo mismo, que tienes el oído cuadrado. ¿Cómo llevas eso?
- (…)
- (…)
- ¿Dicen que yo tengo el oído cuadrado, consortín?
- Y que no sabes ni cantar ni bailar, que desafinas mucho, y que se te olvidan las letras de las canciones. O las confundes y te las inventas.
- (…)
- (…)
- El que escribió eso no tiene sentimientos.
- No hagas caso, la gente es muy envidiosa Juanita…
- Pero todo eso es verdad, Charli asere, es así…
- Ay Juana…
- No canto ni bailo ni hago nipinga…Todo es cierto yénica.
- ¡No te pongas triste Juana…!
- Es tremenda mariconá que lo digan, y el que lo dijo, un singao.
- Ya…
- ¿Quién lo dijo?
- Paquito D’Rivera.
- (…)
- (…)
- ¡Asere no me hables más de política coño!
- Pero Juana, tú me preguntaste…
- ¡Te lo he dicho una pila de veces, y tú sigues! ¡No eres fácil!
- ¡Pero si yo…!
- ¡Me estás picando para que yo hable de los artistas gusanos!
- No Juana…
- Me estoy dando cuenta…
- No chica…
- ¡Quieres que toque el tema candente!
- ¡Juana por favor!
- ¡Y que te cuente lo mala que está la cosa aquí! ¿No?
- ¡Juana yo no he querido…!
- ¿Quieres que te hable de Paquito, de Sandoval, de Oriente López, de Annia, de Mirta, y de toda la gusanera de la farándula que aquí sigue prohibida, no se sabe por qué?
- ¡Ay Juana chica no te pongas así que me asustas!
- Pues eso nunca lo diré.
- (...)
- (...)
- Qué hija de puta eres.
- Amo a Cuba. O sea, no te equivoques, consorte.
- Ay, quiero acabar...
- Bueno, ¿le metemos mano a eso, o qué?
- Déjame encender la grabadora.

CRÓNICA O ENTREVISTA, 
ESA ES LA CUESTIÓN

- Aguanta, aguanta, primero tengo que decirte algo.
- Qué…
- No me gusta nada que publiques esto como una entrevista.
- ¿Por qué?
- Queda mal con cojones.
- Es una entrevista normal, como la que he hecho a otras, Juana.
- ¿Y qué ves tú de normal en mí, ecobio? ¿En qué me parezco a las otras?
- No no no, tú eres diferente…
- ¡Soy distinta a todas mi ambia!
- Por eso yo creía que con una entrevista intimista…
- No, encuerarme no.
- Juana, no tienes que…
- ¡No, asere, entiendo que la gente sienta morbo por verme encuera, pero no!
- Pero si no….
- ¡Tú vienes de tu Europa, donde todo es muy alante y muy moderno, pero aquí es otra cosa! Hay una moral y unas formas, ecobio. No puedo encuerarme.
- “Intimista” no es que tengas que desnudarte, Juana. Al menos, no físicamente.
- Encuerarse es encuerarse, no intentes confundirme.
- No, chica mira, intimista es…
- ¡Que yo no salgo encuera consorte, me estás encabronando!
- Ok ok, no te pongas así, seguimos.
- ¿Por qué no puedes hacerme un escrito elegante de los tuyos?
- No te entiendo.
- Como el que le escribiste a Cuca, la hermana de Alicia Alonso, por ejemplo.
- Cuca está muerta, no podía entrevistarla. Por eso hice una crónica sobre ella.
- Alicia está viva y le has dedicado como cuatro o cinco…
- Ya. Es algo entre ella y yo.
- Y a Estrellita, la de Amigo, mi amiga Hortensia, a Martha Strada, a Rosa Fornés, hasta a Rebeca, que ya es el colmo. Y todas blancas. Yo lo veo claro, no sé tú.
- ¿Me sigues en Facebook?
- No me cambies de conversación. No sigo a nadie, la gente me sigue a mí.
- Lógico lógico…
- Pero los pájaros me cuentan todo lo que escribes.
- ¡Has leído mi blog! Gracias Juana, es un gran honor…
- No lo he leído nada: me lo leen todo. Y mi dinero me cuesta, deberías estarme agradecido.
- Pues cuéntame de Internet y Juana… ¿cómo se llevan?
- Empingao. Me encanta conectarme.
- Cuenta cuenta.
- Cucha…

(Continuará)

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9 comentarios:

  1. Hola Carlos soy karmen , me encanto la entrevista de Juana , que vengan otros . Saludos

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  2. Yo no puedo mas....... creo que el que necesita un Yonygualker soy yo, jajajajajajaja 🤣🤣🤣🤣🤣

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  3. Ya te lo he mencionado, eres un salvaje de las letras . Tu narrativa espectacular y esos diálogos DE MUERTE!!!
    Es triste la imagen de una persona mayor, pero pa’llá vamos todos ; mejor llegar que quedar en el camino. Como todos tus escritos , GENIAL!

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  4. 🤣🤣🤣🤣🤣 yo casi me he orinado con esa ocurrente entrevista 🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣

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